Son muchos los años que han transcurrido desde aquel 24 de julio de 1883 cuando el Teatro Baralt abrió sus puertas para convertirse en emblema del estado Zulia, de su memoria y de lo más sublime del sentir zuliano a través de las diversas manifestaciones artísticas que han tenido este escenario como plataforma para su expresión.
En un contexto lleno de retos la centenaria edificación, reconocida oficialmente como Monumento Nacional, se mantiene en pie ofreciendo una programación de calidad donde tienen cabida todas las expresiones del arte y el quehacer cultural, consolidándose como un espacio alternativo para el aprendizaje, el intercambio libre de las ideas y la construcción de ciudadanía.
«La Casa de Todos» es el lema que distingue al Teatro Baralt, al considerar que como institución y como espacio escénico ha sido punto de confluencia de visionarios, científicos, académicos, artistas y cultores, dando cabida a las más variadas tendencias. A lo largo de la historia del Teatro Baralt ha sido determinante la participación de todos los sectores de la sociedad marabina, haciendo de este digno recinto cultural testigo y protagonista, manteniendo su esencia, con un compromiso renovado y fortalecido hacia la ciudad que le vio nacer, que le vio sucumbir y luego levantarse con mayor ímpetu.
Historia
El Teatro Baralt es un emblemático edificio inaugurado el 24 de julio de 1883, y que ha dejado una huella perdurable en la historia cultural de nuestro país. Su construcción fue ordenada por el general Rafael Parra, siguiendo los planos del ingeniero cubano Manuel de Obando, durante la presidencia de Guzman Blanco. Es en 1877 cuando se da inicio a esta empresa arquitectónica ubicada en la Avenida 5 con calle 95, diagonal a la Plaza Bolívar, en la ciudad de Maracaibo, Venezuela.
El Teatro Baralt cumplió, en sus primeros años, su función como espacio dedicado a mostrar expresiones artísticas que abarcaban desde la ópera, la zarzuela y la interpretación dramática. Fue en el Teatro Baralt donde nace el arte del cine a nivel nacional, ya que el 28 de enero de 1897 el joven empresario Manuel Trujillo Durán realizó las primeras proyecciones cinematográficas en Venezuela.
En 1928 el general Vicencio Pérez Soto, en su condición de presidente del estado Zulia, ordenó la demolición del antiguo Teatro Baralt había sido sede ejemplar del quehacer cultural de la ciudad durante 45 años, con el propósito de construir otro mucho más majestuoso y moderno. Cuatro años después, en 1932, se inauguraría la nueva edificación del Teatro Baralt,cuyo diseño y supervisión estuvo a cargo del ingeniero belga León Jerónimo Höet, quien le dio un estilo neoclásico y amplió su capacidad a seiscientas ochenta y tres butacas. El teatro Baralt se construyó con tres niveles de balcones, una platea inclinada, un sótano y un edificio anexo para camerinos y baños. Sin embargo, lo que realmente destacó en esta nueva construcción fue la propuesta del espacio interior, decorada muy vivamente, desde una visión caribeña, por el artista Antonio Angulo, considerado por el crítico de arte Sergio Antillano como el primer artista abstracto del país. Su propuesta está cargada de influencia arquitectónica al estilo Art Deco, puesta de manifiesto en los 540 metros cuadrados del plafond, y es tan sorprendente el resultado de esta creación artística que genera asombro a todo aquel que visita el Teatro Baralt.
A lo largo de su dilatada historia centenaria, el Teatro Baralt ha acogido espectáculos artísticos de renombre, tanto de carácter clásico como populares. Grandes figuras de la música, el canto, la creación literaria, la danza y las artes escénicas, como Teresa Carreño, Carlos Gardel, Mario Moreno “Cantinflas”, Daniel Viglietti, el Folles Bergeres, Mercedes Sosa, Lolita Flores, Soledad Bravo, Nicolás Guillén, Marcel Marceau, Oscar D´león, Lupita Ferrer, Franco de Vita, Cecilia Todd, Yordano, Huascar Barradas, por solo nombrar algunos de una lista larga de artistas, orquestas y compañías de renombre internacional, los cuales han dejado una marca imborrable en la memoria de quienes tuvieron la oportunidad de presenciar sus actuaciones en el grandioso escenario del Teatro Baralt.
El Teatro Baralt pertenece a La universidad del Zulia desde mediados de la década de los cincuenta del siglo XX. Precisamente, tras permanecer cerrado durante doce años aproximadamente, el Teatro Baralt reabrió sus puertas en 1998, gracias a las gestiones oportunas de la Fundación Teatro Baralt (FundaBaralt) creada y debidamente registrada en 1994, durante la presidencia de la Dra. Lilia Boscán de Lombardi, bajo el rectorado del Dr. Ángel Lombardi Lombardi. Un logro digno de mención es que el Teatro Baralt fue declarado Monumento Nacional de Venezuela, mediante Gaceta Oficial Nº 32.347, con fecha del 5 de noviembre de 1981.
El Teatro Baralt se presenta en este siglo XXI como un increible espacio cultural de proyección firme hacia el futuro. Con una programación consolidada y permanente en la que se mantenie viva la llama del arte y la cultura en su más alto nivel creativo y artístico para satisfacer las necesidades culturales del público del Zulia, de Venezuela y, por supuesto, del esceneario internacional, a través del uso de las nuevas tecnologías como fortalezas e innovaciones a las que apuesta el Teatro Baralt.
Hitos
Los habitantes de la ciudad tuvieron la oportunidad de disfrutar del arte de la cinematografía.<br/>
El Teatro Baralt fue, pionero del cine, junto a Méndez y Trujillo Durán, no sólo por haber presentado una exhibición de este nuevo avance tecnológico, sino porque entre las varias proyecciones realizadas a lo largo de esta fiebre cinematográfica se contemplaron dos filmes producidos en Maracaibo aparentemente con un cinematógrafo Lumière y por el mismo Trujillo Durán, apenas seis meses después de aquellas primeras proyecciones, con las películas Muchachas bañándose en el Lago de Maracaibo y Célebre especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa.
El Teatro Baralt que se prestó para la ópera, la zarzuela y la interpretación teatral, fue demolido apenas 45 años después de su inauguración, por orden del Presidente del Zulia, Vincencio Pérez Soto; durante el período presidencial de Juan Vicente Gómez en 1928.
En su lugar se construyó un nuevo Teatro con el nombre de Rafael María Baralt, que abrió sus puertas en 1932, diseñado y erigido por el arquitecto belga León Jerome Höet.
Por el escenario de este teatro inaugurado el 19 de diciembre, desfilaron magníficos espectáculos artísticos de corte clásico y popular como Teresa Carreño, Carlos Gardel, Mario Moreno Cantinflas, Daniel Viglietti, el Folies Bergeres, Mercedes Sosa, Nicolas Guillén, Marcel Marceau, entre otros.
El Teatro Baralt, que posee una trayectoria signada por luchas y conquistas, pasa a ser administrado por la Universidad del Zulia en 1955.
Años posteriores, una comisión evaluadora de la Dirección de Cultura de esa casa de estudios presenta un informe al Consejo Universitario, donde se confirma el implacable deterioro del edificio.
De inmediato, el Consejo autorizó al Departamento de Planificación Finca de la universidad para presentar un anteproyecto de reforma. Esta responsabilidad recayó sobre el arquitecto César Berbesi, cuyo plan contempló el cierre del Teatro para iniciar trabajos sustanciales, tales como la instalación de aire acondicionado, estudio acústico, eliminación de los palcos y ampliación de la platea para un aforo de mil personas.
La Universidad del Zulia, como ente tutelar del Teatro Baralt, solicitó y obtuvo la declaración del edificio como Monumento Histórico Nacional el 5 de noviembre de 1981, en Gaceta Oficial Nº 32.347.
En 1986, cinco años después de la declaración, iniciaron las labores de restauración del Teatro Baralt bajo la responsabilidad de un equipo pluriprofesional dirigido por el arquitecto Paolo D’Onghia, con los aportes del Ministerio del Desarrollo Urbano.
Sin embargo, en 1995 la obra se adjudicó al Centro Rafael Urdaneta (CRU), que además de ser hasta hoy el organismo responsable de la búsqueda e inversión de recursos para el teatro y de la contratación de personal, es el que fija los lineamientos bajo los cuales se sigue el proceso de restauración. Esta responsabilidad está en sus manos pues es la entidad autorizada por el Instituto del Patrimonio Cultural para velar por los valores regionales.
Los trabajos de restauración concluyen y se reinaugura el Teatro Baralt el 18 de julio de 1998, quedando bajo la tutela administrativa de FUNDABARALT